La logística vive unos momentos en que el comercio electrónico, la globalización y la economía de escala están revolucionando todas las fases de la cadena de suministro, con unas exigencias de productividad en los almacenes cada vez más severas teniendo que recurrir a una gran diversidad de sistemas de estanterías metálicas, almacenes automáticos y sistemas semiautomáticos de picking y manutención. Pero todo ello no hubiera evolucionado hasta lo que es hoy si hace ya cuatro décadas no hubiera nacido la trazabilidad moderna con la implantación de los códigos de barras.
El pasado mes de junio, se cumplían 40 años desde que se usó por primera vez un código de barras en una aplicación práctica. El 26 de junio de 1974 se escaneaba en Estados Unidos el primer producto con códigos de barras, un paquete de chicles. Dos años después, en 1976, se diseñaba el código de barras de 13 dígitos, lo que permitía usar los códigos de barras a nivel global. Y un año más tarde, en 1977, nacía la European Article Numbering (EAN) que permitió estandarizar el tan conocido formato internacional EAN13 de códigos de barras, que todos estamos habituados a ver en almacenes y tiendas de todos los sectores.
El uso de códigos de barras unidimensionales se extendió rápidamente por la mayoría de los países del mundo, al poder seguir un estándar internacional y optimizar así las tareas de manutención y de control de inventario desde las estanterías metálicas del almacén hasta los puntos de venta.
La GS1, asociación sin ánimo de lucro con presencia en más de 100 países y con el objetivo de diseñar e implementar estándares globales, se había encargado desde el principio de estandarizar los códigos de barras. La GS1 lanzaba en el 2003 el primer código de barras bidimensional (DataMatrix). Ocho años después, en 2011, se aprueban los códigos QR como estándar, un nuevo tipo de código bidimensional que había sido diseñado en Japón y publicado en 1994, y que en la actualidad se ha vuelto tan popular gracias a los smartphones.
Los códigos de barras continúan siendo uno de los sistemas de identificación y trazabilidad más utilizados en los almacenes, gracias en buena parte a su bajo coste. Cualquier impresora normal puede imprimir códigos legibles, y los lectores de códigos tienen un coste muy bajo. Éste es el principal factor que rivaliza con los sistemas de trazabilidad más modernos y con muchas más posibilidades, como el RFID pasivo y el RFID activo, pero con costes más altos.
ATOX Sistemas de Almacenaje diseña y fabrica sistemas de estanterías metálicas y soluciones de almacenaje de alta calidad. Con más de 50 años de trayectoria, ATOX cuenta con una extensa gama de estanterías industriales, desde estanterías para paletización y estanterías para picking, hasta sistemas de ampliación de espacio de almacén como entreplantas industriales o altillos y pasillos elevados.
Con la evolución de la logística y los mercados, ATOX apuesta por las nuevas tecnologías y la innovación constante, diseñando y fabricando almacenes automáticos y sistemas semiautomáticos para las tareas de picking y manutención, que pueden funcionar en cooperación con cualquiera de las tecnologías de trazabilidad existentes.